A estas alturas de nuestra
existencia, nos damos cuenta de que, a pesar de todas las diferencias que
muestra el ser humano entre los de su propia especie, desde el lenguaje, la
opinión, la raza, la ropa, las religiones, y muchos más factores y razones que,
si no existen, se inventarán, sigue compartiendo con sus hermanos muchas de estas
cosas. Al fin y al cabo, a pesar de todas las variaciones que la humanidad
muestra, hay hechos esenciales que se comparten, como es el nacimiento, la
vida, y la muerte, por ejemplo. Y uno de ellos son los mitos que nosotros
mismos creamos, las enseñanzas que transmitimos a lo largo de los años.
“Las leyendas son lecciones:
transmiten verdades” – Brenda Chapman, guionista de Brave (Indomable) de Disney
Pixar.
Una de las capacidades que sin
duda compartimos, es la de crear diferentes mitos e historias, las cuales son
ni más ni menos que una forma que buscamos de poder explicar aquello que
aparentemente no tiene ni explicación ni sentido para nosotros. Por ejemplo,
antes de que la ciencia nos pudiese iluminar donde antes había oscuridad, la
humanidad intentó darle forma, significado a esos sucesos que no podía
demostrar, como las tormentas, las cuales ellos decían ser fruto de la ira de
los dioses. Todas estas creencias, estas leyendas y mitos que usamos en su día
para intentar aclarar aquello que estaba borroso, lo creamos nosotros a través
de la palabra, pues según el propio Barthes en El Mito Hoy, “El mito es un habla”. Por tanto, podemos confirmar
que el mito, no es sino una forma de comunicación, un mensaje y significado que
le damos a algo que aún no lo tiene.
Las leyendas y las diferentes
historias como los cuentos que nos hemos ido contando de padres a hijos no son
sino un ejemplo de lo que es un mito.
Hoy en día creemos que la
princesa de La Bella Durmiente era una dulce joven encantada por una maldición
y salvada por el beso de un príncipe, cuando en el cuento original el hechizo
de la princesa no era sino un estado de coma y el amor del príncipe una
violación, y la malvada hechicera del cuento ha pasado a ser “la emperatriz del
mal”, como se definía a ella misma en el clásico Disney de 1959, a otra víctima
de la maldad del hombre. ¿Acaso no son estos casos de adolescentes violadas y
drogadas, hechos reales que ocurren todos los días? Pues estos cuentos son
mitos en sí creados por nosotros, porque disfrazamos dulcemente estas historias
que nos han pasado o que han tenido lugar en el pasado con la magia e
imaginación de la inocente infancia para suavizarla e intentar transmitir
enseñanzas y esperanza para el futuro.
En esta imagen podemos ver la
evolución del cuento de la Bella Durmiente, desde su versión original en la
imagen de arriba, recopilada por los hermanos Grim en la que la princesa en
coma es violada por un joven noble, pasando por la versión animada y clásica de
Disney en 1959 donde la princesa es maldecida con un sueño profundo por una
malvada hechicera y rescatada por el apuesto príncipe de turno, hasta la última
versión del cuento, Maléfica de 2014, en la que vivimos la tragedia de la
villana. Gracias a esto podemos apreciar cómo el mensaje, el mito cambia a lo
largo de los años y se transforma. Y en todas las versiones, podemos ver como
de una forma u otra, se transforma, camufla o se adorna una historia de una
violación que en un momento pasado tuvo
lugar. Según el propio Barthes, el lenguaje está formado por un significante, o
sea, la forma, que en este caso es la magia y los elementos con los que con el
paso del tiempo adornamos el cuento; por un significado, que es el contenido de
la historia que trata sobre cómo un joven de la realeza abusa de una chica
mientras duerme. Y por último está el signo, que es el enfoque, el modo en el
que cada uno de nosotros ve el cuento, pues aunque yo la vea como una violación
ahora que soy adulta, de pequeña para mí no era sino una historia de amor y
lucha contra el mal.
¿Y cómo es posible que una sola
historia cambie tanto con el paso del tiempo hasta ser casi irreconocible?
Porque a través de los siglos, éstas han ido de boca en boca y entre los
diferentes puntos de vista e interpretaciones de cada persona, la historia se
ha ido transformando, demostrando como dice Barthes, no solo que el mito es el
habla, sino que éste es una forma de comunicación histórica y colectiva, pues la
transformación de una historia es el fruto de colaboración que las personas han
ido haciendo a lo largo del tiempo y al mismo tiempo es fruto de los sucesos
históricos que la humanidad ha vivido, puesto que las violaciones y las
traiciones conyugales siempre han sido comunes en la historia humana.
Los mitos existen, y son reales,
porque somos nosotros mismos los creadores de dichas historias y enseñanzas
para que nunca olvidemos los errores del pasado.
“Lejana o no, la mitología solo
puede tener fundamento histórico, pues el mito es un habla elegida por la
historia, no surge de la “naturaleza” de las cosas.” – Barthes, “El Mito Hoy”, Mitologías.
BIBLIOGRAFÍA
BIBLIOGRAFÍA
“El Mito Hoy”, Mitologías, Barthes : https://docs.google.com/document/d/1VnjMX8xLrCZxBb4JUm-DovaUPXCOH8TNZRo45M-AiDQ/edit
“Semiótica General”: http://unlfhucsemiotica.blogspot.com.es/2011/03/roland-barthes.html
“Barthes y su análisis teórico del mito”, Isabel Macías Hernández http://conceptualdelacultura.blogspot.com.es/2008/12/roland-barthes-y-su-analisis-teorico.html
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