viernes, 17 de octubre de 2014

Los mitos

A estas alturas de nuestra existencia, nos damos cuenta de que, a pesar de todas las diferencias que muestra el ser humano entre los de su propia especie, desde el lenguaje, la opinión, la raza, la ropa, las religiones, y muchos más factores y razones que, si no existen, se inventarán, sigue compartiendo con sus hermanos muchas de estas cosas. Al fin y al cabo, a pesar de todas las variaciones que la humanidad muestra, hay hechos esenciales que se comparten, como es el nacimiento, la vida, y la muerte, por ejemplo. Y uno de ellos son los mitos que nosotros mismos creamos, las enseñanzas que transmitimos a lo largo de los años.

“Las leyendas son lecciones: transmiten verdades” – Brenda Chapman, guionista de Brave (Indomable) de Disney Pixar.

Una de las capacidades que sin duda compartimos, es la de crear diferentes mitos e historias, las cuales son ni más ni menos que una forma que buscamos de poder explicar aquello que aparentemente no tiene ni explicación ni sentido para nosotros. Por ejemplo, antes de que la ciencia nos pudiese iluminar donde antes había oscuridad, la humanidad intentó darle forma, significado a esos sucesos que no podía demostrar, como las tormentas, las cuales ellos decían ser fruto de la ira de los dioses. Todas estas creencias, estas leyendas y mitos que usamos en su día para intentar aclarar aquello que estaba borroso, lo creamos nosotros a través de la palabra, pues según el propio Barthes en El Mito Hoy, “El mito es un habla”. Por tanto, podemos confirmar que el mito, no es sino una forma de comunicación, un mensaje y significado que le damos a algo que aún no lo tiene.

Las leyendas y las diferentes historias como los cuentos que nos hemos ido contando de padres a hijos no son sino un ejemplo de lo que es un mito.

Hoy en día creemos que la princesa de La Bella Durmiente era una dulce joven encantada por una maldición y salvada por el beso de un príncipe, cuando en el cuento original el hechizo de la princesa no era sino un estado de coma y el amor del príncipe una violación, y la malvada hechicera del cuento ha pasado a ser “la emperatriz del mal”, como se definía a ella misma en el clásico Disney de 1959, a otra víctima de la maldad del hombre. ¿Acaso no son estos casos de adolescentes violadas y drogadas, hechos reales que ocurren todos los días? Pues estos cuentos son mitos en sí creados por nosotros, porque disfrazamos dulcemente estas historias que nos han pasado o que han tenido lugar en el pasado con la magia e imaginación de la inocente infancia para suavizarla e intentar transmitir enseñanzas y esperanza para el futuro.

En esta imagen podemos ver la evolución del cuento de la Bella Durmiente, desde su versión original en la imagen de arriba, recopilada por los hermanos Grim en la que la princesa en coma es violada por un joven noble, pasando por la versión animada y clásica de Disney en 1959 donde la princesa es maldecida con un sueño profundo por una malvada hechicera y rescatada por el apuesto príncipe de turno, hasta la última versión del cuento, Maléfica de 2014, en la que vivimos la tragedia de la villana. Gracias a esto podemos apreciar cómo el mensaje, el mito cambia a lo largo de los años y se transforma. Y en todas las versiones, podemos ver como de una forma u otra, se transforma, camufla o se adorna una historia de una violación que en un  momento pasado tuvo lugar. Según el propio Barthes, el lenguaje está formado por un significante, o sea, la forma, que en este caso es la magia y los elementos con los que con el paso del tiempo adornamos el cuento; por un significado, que es el contenido de la historia que trata sobre cómo un joven de la realeza abusa de una chica mientras duerme. Y por último está el signo, que es el enfoque, el modo en el que cada uno de nosotros ve el cuento, pues aunque yo la vea como una violación ahora que soy adulta, de pequeña para mí no era sino una historia de amor y lucha contra el mal.

¿Y cómo es posible que una sola historia cambie tanto con el paso del tiempo hasta ser casi irreconocible? Porque a través de los siglos, éstas han ido de boca en boca y entre los diferentes puntos de vista e interpretaciones de cada persona, la historia se ha ido transformando, demostrando como dice Barthes, no solo que el mito es el habla, sino que éste es una forma de comunicación histórica y colectiva, pues la transformación de una historia es el fruto de colaboración que las personas han ido haciendo a lo largo del tiempo y al mismo tiempo es fruto de los sucesos históricos que la humanidad ha vivido, puesto que las violaciones y las traiciones conyugales siempre han sido comunes en la historia humana.

Los mitos existen, y son reales, porque somos nosotros mismos los creadores de dichas historias y enseñanzas para que nunca olvidemos los errores del pasado.

“Lejana o no, la mitología solo puede tener fundamento histórico, pues el mito es un habla elegida por la historia, no surge de la “naturaleza” de las cosas.” – Barthes, “El Mito Hoy”, Mitologías.


BIBLIOGRAFÍA


Barthes y su análisis teórico del mito”, Isabel Macías Hernández http://conceptualdelacultura.blogspot.com.es/2008/12/roland-barthes-y-su-analisis-teorico.html

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